Vestida de Movimiento, por Nieves Batista de la exposición EL VESTIDO DE LA MEMORIA


Un desplazamiento geográfico, la ilusión y el vértigo de una migración, un movimiento  interior y exterior que me lleva a conectarme  con momentos muy lejanos.

Conecto y retomo movimientos que alguna vez congelé. Los busco en la niña  que  decidió  cancelarlos y en la adolescente que los descartó.  Descongelo estos movimientos y me visto de ellos. Y es en este movimiento que un antiguo invitado se presenta en la fiesta: mi sombra. La veo,  la reconozco y la invito a bailar. Bailamos la rabia y la alegría, que pueden estar asombrosamente  cerca, y bailamos el miedo y la parálisis que también pueden acechar.

Y vestida de movimiento, vuelvo a mirar los desplazamientos familiares; veo con nuevos ojos  los viajes  de ida y  de vuelta que he emprendido siendo hija y siendo madre.

Un primer desplazamiento familiar desde Canarias a Venezuela, donde nazco y he vivido la mayor parte de mi vida; un segundo desplazamiento, esta vez  con la familia que he creado y con destino Cataluña. Ambos son determinantes para ser lo que soy. Brindo con alegría por cada una de mis tres tierras, Canarias, Cataluña y Venezuela, que hoy está luchando por un futuro mejor.


Mientras siembro mis raíces en los orígenes, extiendo mis alas, hoy, aquí en Barcelona y me adueño del color, de la luz y la sombra, de los huesos de mis ancestros, de mis emociones y pensamientos. Me apropio de mis palabras, mis acciones y mi risa que vuelve a brillar en mi rostro.


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